Aljaraque ( Huelva )
El término Municipal de Aljaraque, con sus cuatro núcleos de población (Alajaraque, Corrales, Bellavista y Dehesa Golf), se encuentra cercano al enclave de la desembocadura del río Odiel, perteneciendo parte de su termino al Paraje Natural “Marismas del Odiel”, en la parte meridional de la provincia de Huelva, ocupando una situación privilegiada dentro de la misma, lindando con su Capital y con sus numerosas y famosas playas, a unos escasos cinco minutosde de ambas.
Situada a siete kilómetros de Huelva capital, en el entorno de Paraje Natural Marismas del Odiel en la denominada Tierra Llana limitando con los municipios de Huelva, Gibraleón, Cartaya y Punta Umbría.
Los primeros orígenes conocidos de la villa a través de las fuentes históricas, se remontan a la dominación árabe, aunque ha aparecido abundante material arqueológico ibérico y fenicio en sus alrededores. De 1268 es la Carta de Daslinde y Amojonamiento autorizada por el monarca Alfonso X, pasando luego a depender del linaje de la Casa de los Medina-Sidonia, quienes realizaron un intenso proceso repoblador en la zona. Una torre vigía es precisamente, junto a remos marineros, las figuras principales del escudo municipal, que recuerdan sus orígenes a la sombra del vigilante torreón y su estrecha vinculación marítima (Antequera Luengo, Juan José: ‘Símbolos municipales de Aljaraque (Huelva. Vexilología. Sigilografía. Heráldica’; Sevilla, Facediciones, 2008). Aljaraque se repuebla a finales del siglo XV por orden del Señor de Niebla, San Bartolomé de la Torre, Villanueva de los Castillejos, Huelva, Ayamonte y algunos portugueses. La razón del posterior abandono del pueblo habría que buscarla en la pobreza de los moradores. Son personas que cultivaban para comer, y no para comerciar; de ahí que no obtuviesen beneficios con los que pagar el impuesto del pan terciado al Señor del pueblo. Durante la guerra con Portugal (siglos XVI-XVII) Aljaraque es asolado por ataques portugueses, y abundan las epidemias de peste y cólera. A finales del siglo XVII nuevas gentes pueblan Aljaraque, procedentes de aldeas entre este pueblo y Cartaya. Posteriormente, bien entrado el siglo XVIII, vendrán gentes de Gibraleón, Cartaya y Portugal. Con la llegada de los ingleses y la explotación minera de Corrales a finales del siglo XIX, Aljaraque conseguirá un fuerte crecimiento demográfico.